domingo, 14 de octubre de 2007

Marcelo, por un "frigorífico" más

El Chino recibió el mail y me lo reenvió al toque. Tenía su origen en una reciente reunión política del candidato eternum con los principales referentes locales. Se los publico (que quede claro: los visitantes de este blog saben que cuando El Chino transcribe algo de sus “amigos”, agrega cosas).
Corto y pego.

La casa del candidato se convirtió en el bunquer político más visitado a 20 de las elecciones. Allí llegaron lo más granado del pejotismo local: Juan Arrúa, Martín Kreff, Diego Burgois, “Raúl” Alfonsín (perdón: Quique Alfonsín), Biyi Garcia, entre otros, y la estrella máxima; Juan Carlos Correa, quien descendió de un imponente automóvil y se mandó sin golpear en la casa de la calle España.
Allí se habló de todo, pero se diseñó, más que nada, cómo influir sobre la gente en la recta final de octubre. Pero nadie imaginaba que el concejal Perez (ex vecinalista automarginado) estuviera en la reunión por que cuando entró, bien temprano, como es su costumbre, varios lo miraron con desdén. "Caramba!, tardaste mucho en volver", le reclamó un conspicuo colaborador del candidato eternum. “No, hace rato que estoy trabajando en este proyecto; Marcelo lo sabe”, se defendió el edil.
En un rincón Biyi Garcia miraba en silencio y asentía con la cabeza los argumentos del candidato, cuando la reunión comenzó y el candidato eternum saludó con brillo en los ojos por la concurrencia.
Pero había una preocupación, oculta desde hace años, la “dudosa” deuda que el gobierno anterior había dejado y que según el mismo concejal habría detallado cuando formaba parte del equipo político de Daniel Vissani.
“La gente no entiende cuando se habla del tema, no sabe, se le mezclan los datos, las fechas, quién estaba, cuánto es de deuda real; es un quilombo, imposible de explicar”, dijo otro colaborador, encargado de acariciar el alma del candidato cada vez que aparecía el tema.
El candidato eternum lo miró como la serpiente al ratón. Sin palabras, se levantó y tomó desde la mesa contigua el proyecto “Octubre 2007” y lo puso sobre la mesa. “El proyecto es este, cuantas veces debo decirlo. De lo otro nadie se acuerda. Nadie se acuerda de lo que pasó hace tres años. Es mi proyecto contra el del Gobierno: no hay otra cosa. Más claro imposible. De lo que yo hice en mis 6 años en el municipio no tengo porque decir una sola palabra. El pasado es pasado. Una campaña moderna e inteligente no hace ni siquiera mención de lo que hicimos”.
El colaborador esperó unos segundos y reaccionó: “No yo decía para aprovechar que ahora que está con nosotros podemos entrar en algunos detalles sobre cómo responder ante eso con datos… nada más".
Ahora el presidente del PJ Juan Carlos Correa dejó de escuchar y también parece haber terminado su café. Intervino: “No se puede probar nada, absolutamente nada. La función pública tiene mecanismos que si están bien aceitados funcionan como un engranaje perfecto: rara vez se llega a una instancia de comprobación judicial en un país que sufre frecuentes crisis como las que tiene la Argentina periódicamente”.
La clase magistral había comenzado, en sólo tres minutos imantó a los compañeros. Todos miraron al patriarca, embobados, quien en sólo un instante mostró porqué estaba allí; les dio las bases de 30 años de trabajo ininterrumpido al servicio del partido y del propio. En pocas palabras, les explicó cómo abordar los desbarajustes financieros del PJ en el gobierno, y una convicción que sólo tienen los que viven de la política: que nunca pasa nada. (la puta madre se paró el grabador).
(Ahora si) "Las deudas son una consecuencia de las crisis. Van de la mano, y en las poscrisis, todo empieza a verse se otra manera porque la gente comienza disfrutar de la recuperación económica y olvida rápidamente lo qué pasó”, remató Correa.
Ahora el candidato a intendente parece respirar aliviado. El “viejo zorro” de la política puso las cosas en su lugar y justificó porqué estaba allí sosteniendo al candidato eternum en una instancia como esta.
Se hizo un silencio interminable.
La cuestión de las cuentas no muy claras de la administración justicialista había sido disparada por el actual intendente Daniel Vissani, en su lluvioso lanzamiento de campaña.
El intendente sabe porqué lo dijo. El tema de las cuentas municipales es ahora centro de la campaña y el vecinalismo exigirá su aclaración y después si se podrá hablar de promesas electorales.
Fin.

Le dí aceptar y lo envié. Lejos de Chaves, el improvisado ciber a un costado de la estación de servicio me sirve para reflexionar sobre esto, aunque hay cosas que no entiendo, y eso que pasé los cuarenta hace rato. Me pregunto:
- ¿Cómo se puede llevar adelante un proyecto integrador, que involucre a todos las personas, con tantos muertos en el placard?
- ¿Cómo conjugar pasado y presente en un solo y seguir adelante como si nada hubiera transcurrido?
- ¿Cómo saber que no hay nada más debajo del poncho cuando en el pasado se administró la comuna con tanta desorganización y vandalismo?
- ¿Cómo prometer hoy lo que no se hizo durante diez años con un Diputado amigo con llegada al poder central?
- ¿Qué pensará el candidato Santillán –el eternum, como lo define el Chino- sobre lo que la gente piensa de él?
- Repito: ¿Qué pensará el candidato sobre lo que la gente piensa de él?
- ¿Creerá, realmente, que le alcanza con las promesas (“sospechosa” empresa en el medio) para lograr los votos esquivos de las últimas dos elecciones?
- ¿Cree realmente que la gente pone primero a las promesas (“sospechosa” empresa en el medio y sus “contactos”) y después a los hombres?
- Repito: Están primero las promesas (y sus “contactos”) y después los hombres?
- ¿O será “un frigorífico más” (tengo que preguntarle al Chino, pero me parece que la insólita reapertura del frigorífico en el gobierno justicialista duró menos que un pedo en la mano).
- ¿Una empresa “fantasma”?, ¿“un negociado más”? ¿Otro perfecto enroque santillanista-correísta?
- ¿Habrá ido el candidato eternum a preguntarle a los 35 empleados del actual frigorífico si necesitan algo o a presentarles su proyecto? (este dato también tengo que chequearlo con el Chino, pero me parece que son los mismos empleados que fueron despedidos en el naufragio anterior) (Nota: el actual frigorífico se rabrió por gestión del actual intendente).

Que lo parió, cuántas dudas. Mañana estaré dos días en Chaves, antes de volver a La Plata. Mientras tanto, aquí, en la Patagonia, la bola de fuego se eleva detrás de mí cuando le doy arranque a la camioneta. (Porque el Chino no hace su propio blog y me deja de romper las bolas).