No hay dudas de que el peronismo practica el profesionalismo democrático. No hay dudas del exigente ejercicio que hacen para investigar, analizar, instruir, aleccionar, formar, capacitarse, autoexigirse, comprometerse; salir de la medianía con valor para instalarse en lo más elevado de la moral republicana. En eso están. ¿Sabrán los cinco concejales que hoy juzgan al intendente de Gonzales Chaves que el sentido común no es banal, que contiene una profundidad que requiere concentración y análisis crítico para ser interpretado? Saber que cada vez que decimos “hay que tener sentido común” conviene actuar de acuerdo a ese presentimiento y no intentar torcer el destino. Entonces: sentido común en política es saber interpretar hacia dónde va la sociedad, que rumbo emprendió, y que demanda de un concejal o de un funcionario. Ir contra la opinión de la mayoría es suicidio político.
La comisión investigadora no tendrá réditos ni inmediatos ni mediatos. Ni siquiera posicionará mejor a los actuales referentes del peronismo. Es más grave aún: se le está cargando una cruz al futuro candidato del justicalismo a la intendencia.
Equivocaron la estrategia. En su afán de querer posicionarse mejor, olvidaron que la moderación es la mejor estrategia en una comunidad chica, ante un gobierno bien conformado y con pocas cagadas graves en su haber. Más aún cuando ahora el peronismo local ya está comprendido en la gran alianza del Frente para la Victoria, con todo lo que implica estar bajo el ala del oficialismo nacional. Esa es la inteligente estrategia que ya iniciaron.
Pero el apetito político no tiene fin, y el Justicialismo cayó nuevamente en las tentaciones inmediatas, sin detenerse a pensar en octubre, pero sobre todo perjudicando al acercamiento con el ganador Frente para la Victoria.
No sirven las tácticas enlatadas. Caer en la falsa sensación de que si funcionó en un lugar es perfectamente aplicable aquí, significa que han perdido el contexto político-social.
¿Los actuales concejales y ex funcionarios de la anterior administración municipal saben que de ciertos lugares no se vuelve? ¿Cómo convivir con los muertos que se nos descomponen en el ropero sin siquiera ponernos a pensar que nuestros hijos pasan todo el tiempo por allí? Van y vienen, rezan y juegan, sienten y besan.
"Noooo, la política es otra cosa; todo vale… todo vale", me dijo El Chino y me zamarreó la conciencia una vez más. "Dale boludo que el asado se enfría", una vez más El Chino. No podía salir, estaba encerrado. Tenía hambre, y El Chino me lo recordaba a cada minuto.
EL CHINO OTRA VEZ
Como los pelos de las orejas, el peronismo siempre se regenera y nos demuestra que la involución es posible. Cada tres nuevos dirigentes, dos cultivan lo peor de la raza humana: la desfachatez y la inmoralidad. Yo soy peronista. No puedo estar ajeno a lo que está pasando en Gonzales Chaves, aunque me lo pase viajando todo el tiempo.
El Chino me llama a las 8 de la mañana del jueves para recordarme que le traiga los rulemanes de La plata y me dice que a Daniel Vissani lo tienen entre las cuerdas. Con cinco pesos de crédito en el celular, El Chino intenta telegráficamente pedirme el repuesto para el camión y ponerme al tanto de lo sucedido en el pueblo. Dejá, le respondo, mañana estoy allá y me contás.
“No, pero viene difícil la mano, sabes que estos saben manejar estos asuntos, son incorregibles”. El Chino también es peronista, pero simpatiza con el actual gobierno. Mañana nos vemos. Le corto.
Ya de retorno, en la ruta, no pude dejar de pensar en el tema y recordé: otra vez quilombo político, el peronismo no sabe hacer otra cosa que desestabilizar y tomar por asalto las cosas. Se han cansado de ser gobierno, siempre son alternativa por historia, por peso, por estructura. Y me pregunté: ¿si fueran menos inescrupulosos, habrían tenido esta trayectoria que los pone más cerca de la cloaca que del jardín?
Cuando llegué a Chaves, mi viejo fue el primero que recibió este pensamiento y me siguió con los ojos mientras yo preparaba el mate. "¿Vos crees que Prandini, Vissani padre o Gonzales habrían sido capaces de encabezar una campaña de este tipo?", me dijo. "¿Crees que cualquiera de estos hombres iba a quedar mal frente a la gente por unos días de gloria prestada? Estos muchachos asimilaron lo peor del peronismo y nos han hecho quedar muy mal, al punto de que no sé cuándo volveremos a ganar una elección".
Otra vez la ruta, otra vez la curva, Brandsen se acerca y la dejo atrás sin mirar. Apago la radio para pensar mejor.
sábado, 14 de abril de 2007
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